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A tajo abierto

“Yo no me esconderé de ti; aquí estoy.
Con todos mis pecados, con todos mis sueños,
con todo mi pasado, aquí estoy…
Tuyo es mi corazón, tómalo
“.

Hay muchas maneras de vivir la Cuaresma… Lo importante es que todas ellas apunten hacia la comunión con el Resucitado y su reino. Una comunión de amistad, a corazón abierto; una verdadera relación humana, fecunda, de esas que nos hacen más libres para amar a los demás. Porque ése es su deseo y también es el nuestro: que nos amemos unos a otros como Él nos ama. Y por eso este tiempo es propicio para la intimidad, para conversar con Jesús, sin grandes elocuencias, de nuestros amores, nuestros errores, nuestros sueños y luchas. Con sencilla franqueza, como un amigo habla con otro amigo.

Es cierto que la intimidad nos asusta, porque nos ex-pone vulnerables, tal cual somos. Apunta al “todo”, que parece un poco amenazante. Y en tiempos de tanta exposición, a veces vamos creando barreras y máscaras para tratar de asegurar vínculos que no nos dañen, como reservando por temor algunos espacios interiores más inasequibles, impenetrables para los demás. Eso también nos puede ir dejando un vacío interior, una sensación importante de soledad.

Pero ante Dios, de quien tan amorosamente hemos recibido Todo, podemos aprender también a ponerlo todo, a tajo abierto. Como nos recuerda la oración de San Ignacio de Loyola: “Vos me lo disteis; a vos, Señor, lo torno… todo es vuestro. Disponed a toda vuestra voluntad”. Son palabras fuertes, que brotan de una experiencia fundada no en el temor, sino más bien en la gratitud por tanto que se nos ha dado… Esta canción sencilla y profunda de Nico Cabrera puede ser de ayuda en ese camino hacia la confianza ante quien nos trata como verdaderos amigos. A veces no es necesario decir mucho, sino aprender a estar juntos… Cantarla y grabarla ha sido un ejercicio muy bonito que compartimos aquí con mucha esperanza.

Les dejo aquí el video de la canción: