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Al centro del Corazón

…Corazón paciente, amor ardiente,
quiero hablar de Aquél que vence a la muerte

Canción al Corazón de Jesús es uno de esos temas entrañables que han marcado mi vida y la de muchas personas. Pocos saben de su historia, pero soy un testigo privilegiado de la compañía que ha significado en distintos rincones y, sobretodo, en distintos corazones. Aquí comparto algo de sus orígenes.

Animado por la devoción que Pedro Arrupe siempre tuvo al corazón humano de Jesús, el año 1996 el superior de los jesuitas de Chile quizo consagrar nuestra comunidad a su advocación. Yo estaba en ese entonces en las primeras etapas de mi formación. Nos pidió que compusiéramos algo especial para dicha fiesta. Junto a Jorge Méndez, quien escribió con especial inspiración algunos párrafos sobre lo que veníamos rezando de la vida y misión de Jesús, nacieron estos versos que de alguna manera apostaron por un lenguaje nuevo para una devoción antigua.

Sin mayores conocimientos en composición ni arreglos, musicalizar este “hablar” sobre un amigo tan entrañable no resultó paradógicamente tan difícil como pensamos. La melodía no es compleja, aún cuando la secuencia de acordes sea menos intuitiva. La participación de distintas voces estuvo pensada desde el comienzo. El arreglo para la guitarra es original de Manuel Huerta y ha tenido diversas variaciones a lo largo del tiempo. Puedes conocer algunas de ellas aquí.

Esta canción ha sido traducida a más de seis idiomas y nos ha acompañado a muchos en la renovación de una apuesta por amores más humanos, sin falsas grandilocuencias, comprometidos desde lo sencillo y cotidiano… El amor que vence a la muerte es ese amor que se abre y, por lo tanto, muestra su vulnerabilidad. Sostener esa perspectiva es tremendamente contracultural a la dinámica devoradora del consumo imperante, incluso entre nuestras relaciones más cercanas, pero cuando arriesgamos en esa dirección ciertamente vamos haciendo humilde eco de esa suave y apasionada invitación: “ámense unos a otros como Yo los he amado” (Jn 15, 12).

Aquí les dejo una versión que grabamos hace un par de años con Maxi Larghi, una maravillosa persona y excelente músico argentino que ha sabido ofrecer sus dones al servicio de la misión de Cristo.

Video de la canción: