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Únicos e irrepetibles

Cuando me llamas por mi nombre
ninguna otra criatura vuelve hacia ti
su rostro en todo el universo
.
Cuando te llamo por tu nombre.
no confundes mi acento con ninguna
otra criatura en todo el universo
“.

Ha comenzado este tiempo de Cuaresma y son muchas las razones por las que nos viene muy bien para despertarnos a la vida. Tantas veces nos vemos rodeados de signos de muerte… No pocas de ellas, por razón de nuestras propias elecciones o distracciones. Y otras veces simplemente nos toca padecer o contemplar lo que parece darse por perdido en el abandono o la exclusión. Pero creemos en el Dios de la vida y en su reino que, muchas veces de manera discreta, se abre paso entre nuestro duro corazón a través de personas, gestos y palabras que sanan, apuntan hacia el auténtico latir del mundo.

La canción que les quiero presentar se llama “Único”. Se trata de una composición del año 1989 de David Pantaleón, sacerdote jesuita de gran trayectoria en la música religiosa, sobre un texto del poeta Benjamín González Buelta, SJ. Tuve el regalo de grabarla para el disco “Nova Omnia“, estrenado recientemente. Este poema es sencillo y es profundo; nos “ubica” en una relación justa entre el Criador y sus criaturas: una relación de completa intimidad y de mutuo reconocimiento. Ofrece el imaginario de un continuo “llamarse” entre nosotros y la Fuente de donde viene toda vida. Como decía San Ignacio (EE 231), “el amor consiste en comunicación de las dos partes”.

Los excelentes arreglos musicales de Nicolás Emden y la mezcla de Alfonso Pérez se conjugan con un video que grabamos recientemente en el sur de Chile (Lago Llanquihue) junto a un grupo de jóvenes. ¡Qué tarde hermosa tuvimos ese día! Cantamos, nos reímos, compartimos, tomamos mate, conectamos con la naturaleza, rezamos, comimos y celebramos la vida… Agradezco de corazón la disposición de cada uno y el talento del camarógrafo Ignacio Calfuquir.

Espero que entre tantas ideas, desafíos y responsabilidades podamos dejarnos un tiempo para tomar conciencia de esa permanente vocación (vocare, llamada) a reconocernos como criaturas amadas. Para que así, enteramente reconociendo, podamos en todo amar y servir en este tiempo de preparación a la celebración del Misterio Pascual y en todo tiempo.

Les dejo aquí el video de la canción: